Acto Homenaje - 24 de abril de 2015
La Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra ha rendido homenaje a su decano fundador, Miguel Alfonso Martínez Echevarría, en un acto académico celebrado en el Aula Magna del Edificio Central del campus de Pamplona. El decano actual, Ignacio Ferrero, que fue alumno de la primera promoción de la Facultad, agradeció al profesor que haya "cumplido con generosidad su trabajo" durante los últimos 35 años hasta convertirse en "ejemplo nítido de investigador universitario".
Además del decano, otros colegas investigadores que han acompañado a Miguel Alfonso en diferentes momentos de su carrera académica pronunciaron discursos. El catedrático de la Universidad de Barcelona José Antonio García Durán le dedicó un poema; el catedrático Rafael Rubio de Urquía pronunció un discurso titulado La identidad de la ciencia económica, en el que advirtió del peligro de convertirla "en una pseudiociencia, que unida a la propaganda se ponga al servicio de organizaciones que pretenden el poder". El también catedrático Rafael Alvira y compañero del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, se jactó de saber "desde el Bachillerato cuánto vale y qué buena persona es" Miguel Alfonso, y le felicitó por "situar a la familia como el centro de la economía en oposición a la visión que tiene el dinero como único fin".
En su discurso, pronunciado después de que Ignacio Ferrero le hizo entrega de un volumen que recoge sus publicaciones, Miguel Alfonso Martínez-Echevarría agradeció al más de un centenar de personas presentes su compañía, y recalcó que "un hombre se hace un hombre cuando reconoce su dependencia de los demás", por eso interpreta los homenajes "no como un acto de autobombo, como podría pensar un insensato, sino como una forma de reconocer que nos necesitamos".
Publicado en Vida Universitaria, 28 de abril de 2015
http://www.unav.edu/web/vida-universitaria/detallenoticia3/2015/04/28/la-facultad-de-economicas-homenajea-a-su-decano-miguel-alfonso-martinez-echevarria/-/asset_publisher/CH5z/content/2015_04_28_eco_homenaje_miguel_alfonso/10174
Imágenes del Acto
Palabras de agradecimiento de D. Miguel Alfonso
Presentación de la página web por Germán Scalzo
Ilustrísimo Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y empresariales,
Señores profesores y miembros del claustro universitario,
Señoras, señores y amigos,
Muy querido profesor Miguel Alfonso Martínez Echevarría
Es para mí un gran honor estar hoy aquí presente, y poder decir unas palabras de agradecimiento al profesor Martínez Echevarría, en nombre de sus discípulos y ex alumnos. En el ámbito de la convivencia civilizada dar las gracias es algo muy común, relativamente sencillo, y muchas veces, casi espontáneo. Sin embargo, en el plano personal, agradecer es algo más difícil, nos cuesta mucho encontrar las palabras adecuadas para poder corresponder a lo que se ha recibido, que siempre es un don. Este es claramente uno de esos casos, y a esa dificultad natural se suma la limitación de este emisario. No encuentro palabras para expresar con justicia la labor que se me ha encomendado, por eso me sirvo del símbolo y de la compañía afectuosa de quienes hoy nos acompañan, así como de quienes se hicieron presentes a la distancia, como testimonio de que quienes hemos sabido aceptarlo, el don que hemos recibido de Miguel Alfonso nos ha transformado, y no hemos encontrado mejor homenaje que expresar públicamente nuestro compromiso de compartirlo con otros.
Es por ello que este es un homenaje atípico y en cierto sentido, innovador, ya que, gracias a la tecnología, contamos hoy con un medio dinámico y accesible para materializar este compromiso. Esta página web recoge la obra completa del profesor Martínez Echevarría: todos los artículos que ha publicado a lo largo de su carrera, los cuáles pueden descargarse en su formato original para facilitar la citación y el trabajo académico. En el caso de los libros que aún están en circulación, por respeto a las editoriales, sólo se puede acceder a sus índices. Hay también una sección con los textos que se han publicado en inglés, y una edición especial de su “obra fundamental sobre economía, empresa y doctrina social de la Iglesia”, que recoge la evolución de su pensamiento en estos temas, en un orden cronológico inverso, y que alcanza casi unas 1400 páginas. Se publicarán algunos ejemplares impresos, pero el formato digital, además de favorecer su difusión, cuenta con un buscador que permite rastrear los temas de interés puntual, facilitando así futuras investigaciones.
En la sección “otros” aparecen notas y entrevistas publicadas en periódicos, así como apariciones en medios audiovisuales; un listado de sus doctorandos con los respectivos títulos de las tesis que ha dirigido, y los apuntes de cátedra que con tanta dedicación preparaba para sus clases, y que reescribía cada año. También está recogida la actividad del grupo de investigación en economía política y filosofía que Miguel Alfonso fundó en 2008, y que hasta su jubilación reunió a una enorme cantidad de académicos en torno a seminarios muy diversos, que tenían frecuencia semanal. Por último, hay un formulario de contacto que remite directamente a su correo electrónico. Desde hace varios meses, se ha corrido la voz del homenaje entre sus colegas y discípulos, y muchos de ellos quisieron hacerle llegar mensajes y semblanzas, los cuales se recogen en el apartado titulado “Laudatio”. Como no hay manera de que dicha lista pueda ser exhaustiva, queda abierta la posibilidad para que, quienes no tuvieron la oportunidad de participar, y así lo deseen, puedan hacerlo a través del formulario que figura al final de esta sección.
Quiero volver a la página de inicio, en la que aparece una frase que el fundador de esta Universidad, San José María Escrivá de Balaguer, pronunció en su famosa "homilía del campus" el 8 de octubre de 1967, de la que D. Miguel Alfonso tuvo ocasión de participar y a la que continuamente volvería como inspiración de su concepción del trabajo, expresión de la amistad humana y camino de santificación. Miguel Alfonso supo encarnar este mensaje, y su vida ha sido un ejemplo profesional para todos nosotros, así como un testimonio de su vocación, que al final vienen a ser lo mismo.
Agradezco a la Facultad de Ciencias Económicas el habernos reunido en este homenaje, que no es más que un acto de justicia. A Reyes Calderón, quien lo convocó, a Ignacio Ferrero que lo concretó, a Begoña Fuentes, Agustín González Enciso, Rafael Torres, Javier Urdiales e Idoya Zorroza, por su generosa dedicación para hacerlo realidad, así como a los ponentes que hoy nos acompañan y a todas aquellas personas que de alguna manera han contribuido.
No quiero extenderme demasiado, pero me tomaré la licencia de hacer un comentario a título personal. He tenido la suerte inmerecida de acompañar a Miguel Alfonso, casi como una sombra, durante sus últimos años como profesor en esta casa y podría contar tantas cosas, que no sabría siquiera por donde empezar. Sin embargo, quiero compartir un detalle muy pequeño que me acompaña durante mi propia práctica profesional. Quienes hemos pasado por sus aulas, sin duda recordaremos cómo nuestro maestro iba poco a poco escribiendo en la pizarra hasta llenarla completamente, algo poco común hoy con el uso del powerpoint.
Miguel Alfonso: ¡yo también uso la tiza!. Uso la tiza porque me recuerda a Ud. Porque es un símbolo de nuestra vocación, porque la mano y la palabra, tal como nos enseñó, son expresión de nuestra humanidad, y representan la técnica y el lenguaje, elementos básicos de la cultura, o en este caso, el estudio y la docencia. El símbolo de la tiza, con todo lo que representa, cuando uno se ensucia para usarla en el aquí y ahora de una práctica que se repite una y otra vez, mejorándose a sí misma y a las personas que participan de ella, me ha resultado revelador para entender el sentido del trabajo universitario: la entrega personal y el compromiso por la búsqueda de la verdad, en un diálogo amistoso que es más rico mientras más personas participan de él. Para que ese diálogo sea posible, es necesario escribir, pero también borrar y dejar escribir a otros. Gracias, Miguel Alfonso, por haberme permitido, durante 5 años, borrarle la pizarra al final de cada clase; ha sido una forma, pequeña -la que mi dignidad me permite- de participar en el sentido creador de su trabajo, del que tantos, y tanto, nos hemos beneficiado. Sabemos que el don no solo debe recibirse, sino aceptarse, y como en una carrera de postas, hemos recibido el testimonio y nos toca ahora custodiarlo. Y permítame decirle que, aunque la tiza de la pizarra se borre siempre, lo que escribió en nuestras almas permanecerá indeleble.
Quiero terminar haciendo mención al título de un libro que Ud. cita con frecuencia. Se trata de “El precio de la verdad”. La verdad no tiene precio, es un don, y lo que hemos recibido gratis, hemos de darlo gratis. Ese es el espíritu que anima esta página. Que su cátedra siga vigente, y quienes quieran, puedan encaminarse, como lo hemos intentado nosotros con su guía en el camino hacia la verdad. Cierro los ojos y le recuerdo, en el aula 2 del antiguo edificio de Económicas anexo a biblioteca antigua, dando la bienvenida a un auditorio repleto de alumnos de nuevo ingreso, como corresponde a un verdadero universitario. No vendiéndoles ilusiones ni animándoles a ser exitosos, ricos o prestigiosos, sino invitándoles, sin que lo sospecharan siquiera, a acercarse a Dios, recurriendo a la sabiduría del poeta: ¿tu verdad?, ¡no! La verdad; y ven conmigo a buscarla. Esa invitación, su compañía amorosa, su tenaz perseverancia, su humildad y su elegancia es lo que nos ha transformado.
Celebramos que Dios sabrá pagarle, pues nosotros no podemos más que agradecerle.